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miércoles, 30 de enero de 2013

EL ERROR DEL PLAN SCHLIEFFEN EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

En el planteamiento de la Primera Guerra Mundial, los alemanes se enfrentaban a un dilema de difícil solución, entrar en guerra en el este significaba enfrentarse a Rusia, y esto conllevaba arrastrar a su aliado en al entente, Francia, a la guerra.

Alemania se veía abocada a una guerra en dos frentes. Había otro problema, Inglaterra aliada de Francia podría entrar también en guerra. Los alemanes debían entrar en guerra con los rusos, inmovilizar a Francia y conseguir la neutralidad de Inglaterra, prácticamente la cuadratura del círculo. Sebastian Haffner en su libro “Los siete pecados capitales” da una solución.

La solución propuesta hubiera sido, concentrar parte del ejército alemán en la frontera con Francia, donde en posiciones defensivas, a lo largo de la guerra se comprobó el dominio de ametralladoras y trincheras, se podría contener al ejército francés. Mientras se atacaría en el este aprovechando la lentitud de la movilización del ejército ruso, consiguiendo una fácil victoria en el este, conteniendo a los franceses, y no dando motivo a Inglaterra para entrar en guerra, al fin y al cabo Alemania no atacaba a Francia.

La opción elegida por Alemania fue el plan Schlieffen, consistía en evitar la fortificada frontera francesa atacando a través de Bélgica y Luxemburgo, esperaban sorprender y derrotar a los franceses en un guerra rápida aprovechando la lentitud de la movilización rusa, una vez eliminada Francia se centrarían en el ejército ruso, Inglaterra aunque entrase en guerra no tendría tiempo de movilizar su ejército.

Este plan según Haffner tiene un enorme inconveniente, no asegura la victoria contra Francia, como de hecho pasó y asegura la entrada en guerra de Inglaterra cuando la diplomacia alemana prácticamente había conseguido su neutralidad, Inglaterra podría tener dudas y las tenía ante un ataque a Francia, pero con una invasión de Luxemburgo y Bélgica, países neutrales, no había duda de su intervención.

De hecho el gabinete británico estaba en contra de entrar en guerra, las relaciones no eran como en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, y no se veía a la Alemania del Káiser como la Hitleriana, el Káiser era pariente de los reyes ingleses. Sólo una minoría del gabinete apoyaba la entrada en guerra y así se lo habían comunicado a Francia, lo que decidió a Inglaterra a entrar en guerra fue la invasión de Bélgica.

El planteamiento de Haffner es impecable, sólo tiene una pequeña pega, cuando comenta que se podía parar a los franceses por la superioridad de la guerra defensiva, parte del conocimiento de lo que realmente pasó, los alemanes ni nadie en esa época se esperaba la guerra de trincheras y era lógico el miedo de los alemanes a no poder detener a los franceses, pero quizás se deberían haber arriesgado, al fin y al cabo cuando diseñaron el plan Schlieffen fue para esquivar la fortificada frontera de Francia así que alguna ventaja deberían esperar de un posición defensiva si invadieron países neutrales para evitarla.

En conclusión, yo estoy con Haffner, los alemanes hicieron su estrategia militar óptima ignorando la política y sin darse cuenta que al sortear un punto fortificado del enemigo se iban a atraer más enemigos. Aunque hay que reconocer que veinticinco años después repitieron la jugada y esta vez casi les sale bien.

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