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domingo, 23 de junio de 2013

LA NUEVA LEY DE SERVICIOS PROFESIONALES DESATA LA GUERRA DE ARQUITECTOS CONTRA INGENIEROS

Con la nueva Ley de Servicios Profesionales, nuestro gobierno ha desatado una guerra, al liberar atribuciones y permitir a los ingenieros con competencias en construcción proyectar edificios de viviendas, ha puesto en pie de guerra a los arquitectos. Hay que reconocer que los arquitectos siempre han mirado por encima del hombro a los ingenieros, y había cierto pique. Pero recordemos que es un proyecto de ley, no está aprobada y todavía se puede modificar.

Los arquitectos alegan que un ingeniero no tiene formación para crear espacios, habitabilidad, etc. Que las ciudades serán como polígonos industriales y que los ingenieros sólo tienen formación para calcular la estructura y las instalaciones.

Los ingenieros alegan que hasta ahora se les ha puesto en segundo plano, y que los arquitectos en muchos casos sólo hacen el proyecto general y delegan los cálculos. Ya conocéis la crítica típica, si un ingeniero puede firmar un edificio de oficinas en un polígono, no es lógico que no pueda hacer lo mismo en una ciudad.

Algunos defienden que se deberían firmar los proyectos por separado, es decir debería haber un proyecto general firmado por un arquitecto, luego un cálculo de estructura por un ingeniero, luego las instalaciones, etc.

El caso es que si se aprueba la ley los ingenieros podrán firmar viviendas como los arquitectos. Con los arquitectos técnicos pasa algo similar, ahora la dirección de obra la podrá llevar además un ingeniero, arquitecto o ingeniero técnico, cuando antes ellos la tenían reservada si el proyecto iba firmado por un arquitecto.

Yo pienso que la liberación es buena, siempre que no sea en exceso, cualquier ingeniero que sepa construir no debería tener problemas con una vivienda, y respecto a la habitabilidad y estética, bueno, sólo hace falta darse un paseo por cualquier ciudad y ver las chapuzas que hacen algunos arquitectos. Y no hablemos de los arquitectos estrella como Calatrava, que hace edificios bonitos desde fuera pero no muy habitables por dentro.

Otra crítica de los arquitectos y esta más lógica, es la que sólo libera en un sentido, los ingenieros pueden hacer lo de los arquitectos pero no al revés. Aunque no es del todo cierta, puesto que los arquitectos pueden firmar construcciones en otro ámbitos. Algunos piden que se les deje firmar maquinaria y demás, a veces olvidan que los ingenieros tienen muchas especialidades, y las afectadas serán las de construcción. No vamos a poner a un ingeniero químico a firmar proyectos de vivienda, eso sí sería una barbaridad. Aquí llegamos al punto en el que los ingenieros industriales pedirán la firma para todos, por tener atribuciones plenas. Ahí el legislador debería limitar la firma sólo a las especialidades que sean de construcción. Yo no soy partidario de que todos firmen todo, por algo hay especialidades.

En este país se debería valorar más el yo se hacer que el yo soy, pero con la titulitis que tenemos, muchas discusiones se zanjan con un yo soy … pero sin argumentar nada. Lo importante es aprender, y estudiar esto u otro debería ser por lo que vas a aprender no por lo que va a permitir firmar.

Quizás los títulos no deberían incluir atribuciones, y para conseguir éstas se debería aportar experiencia (Reino Unido, Suiza) o pasar unos exámenes de habilitación (Grecia, Italia). ¿Os imagináis que todo se obtuviera con un examen de habilitación? Universidades vacías y academias llenas.

Y si los arquitectos se quejan que no dirán los informáticos, que es este proyecto de ley no se consideran ingenieros aunque en un acto de inusitada generosidad se les permitirá seguir incluyendo la palabra ingeniero en sus títulos.

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